Con el amor como primer impacto y el síndrome del antisistema universal -habitualmente ligado a la vida intelectual en mitad de un remoto bosque- como eje alternativo, Matt Ross se mueve en la aventura familiar con visos pseudo-cómicos para devenir en un melodrama no exento de trampa, aunque tampoco de doblez. Captain Fantastic es un viaje más conceptual que práctico, un abrazo entre el subjetivismo new age, un catálogo de subtextos críticos y algunos de los recursos que posee el ser humano cuando debe escapar al dolor. Con un Viggo Mortensen entre dos tierras, enmarcado en el paradigma de hombre inquebrantable, el director pone énfasis en la definición moral, casi mágica, del antihéroe por antonomasia.
Captain Fantastic
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